Oakley

Un inventor poco convencional llamado Jim Jannard empezó a cuestionar los límites de los estándares de la industria. "Nadie creía en mis ideas", dijo Jim. "Nadie escuchaba." En 1975 empezó su propio negocio. Jim fundó Oakley con $300 y la idea sencilla de crear productos que funcionaran mejor y se vieran mejor que cualquier otro en el mercado. En su laboratorio en el garaje, Jim desarrolló un nuevo tipo de empuñadura para motocicleta con un patrón único en la superficie y una forma que encajaba con la mano cerrada del piloto. "Todo en el mundo puede y será mejorado", dijo Jim a los escépticos, "las únicas preguntas son: '¿cuándo y por quién?'" Los mejores profesionales se fijaron en el nuevo diseño y en su material, que en realidad aumentaba el agarre con el sudor. Para Jim, eso significaba desafiar los límites del pensamiento convencional. Su empresa casera estaba en apuros, pero su siguiente invento se convertiría en un elemento clave en las carreras de MX durante 17 años. Jim creó la O Frame goggle con una lente curva en el arco perfecto de un cilindro. Profesionales como Mark Barnett, Marty Smith, Johnny O'Mara y Jeff Ward defendieron su claridad y su amplio campo de visión periférica. Jim volvió a su laboratorio y empezó a reinventar las gafas de sol para deportes. Pocos creían que pudiera hacerse con éxito, y la mayoría pensaba que no se podía desafiar a las grandes empresas del sector. Jim utilizó innovaciones de sus inventos anteriores para crear "Eyeshades", un diseño que inició la evolución de las gafas de ser un accesorio genérico a convertirse en un equipo vital. El primer competidor de talla mundial en acudir a la empresa fue Greg LeMond, que se convirtió en tres veces ganador del Tour de France. Décadas de innovación trajeron nuevas tecnologías de producto, mezclas de ciencia y arte que han obtenido más de 600 patentes en todo el mundo. Hoy, Oakley se ha convertido en la marca de la excelencia y la solución a los desafíos que enfrentan quienes no pueden comprometer el rendimiento.